Declaraciones de Cristina García sobre las máquinas «B» en hostelería

 

A continuación reproducimos las declaraciones de nuestra Secretaria General Cristina García en la revista Joc Privat, sobre su visión acerca de las Máquinas «B» en la hostelería.

 

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Qué elementos distintivos hacen o deben hacer a la B en hostelería máquina recreativa?

Con el único ánimo de centrar la pregunta, recordando elementos que ya sabemos, convendría repasar que la máquina B en hostelería es una máquina recreativa con premio programado, en la que el usuario juega a cambio del precio de la partida, y por tanto obtiene un tiempo de uso y de entretenimiento, además de tener la posibilidad de obtener un premio en metálico.

Su característica fundamental es el entretenimiento, además de que el precio de la partida sea de escasa cuantía, y de que el premio que puede obtenerse sea bajo en comparación con el que puede conseguirse en otras máquinas.

Por tanto, el jugador lo que obtiene seguro es un entretenimiento por el uso de la máquina, y eventualmente puede obtener un premio en metálico.

 

Por qué en las reglamentaciones suele asimilarse a la B en hostelería como ‘máquina de juego’. ¿Hay que corregir esta tendencia o realidad?

Nuevamente conviene recordar que las normativas de juego han mantenido tradicionalmente la siguiente clasificación de máquinas: tipo “A” o meramente recreativas, en las que sólo se juega, pero no se obtiene ningún premio; tipo “B”, que son máquinas recreativas o de juego programado; y tipo “C” o de azar.

Todas son máquinas de juego o entretenimiento, variando el componente según su tipología: unas solo son de entretenimiento (A), otras de entretenimiento y posibilidad de obtención de un premio programado (B) y las otras son máquinas de azar en las que predomina principalmente este factor aleatorio para la obtención de un premio y por ello sólo se permite su instalación en Casinos (C).

En el ámbito concreto de las máquinas B se han establecido a su vez subgrupos, en los que manteniéndose unas características comunes a todos ellos, se han fijado otros específicos para cada subtipología, desde el momento en que cada una de ellas va destinada a diferentes establecimientos en los que se puede ofertar el juego a través de máquinas.

Se trata por tanto de una cuestión semántica, pero la realidad es que ya están diferenciadas.

 

♦ En la interlocución con las Administraciones en general, ¿existe esa percepción del aspecto diferencial de la B en hostelería respecto de los productos destinados a establecimientos de juego? Lo digo porque luego en muchas reglamentaciones no se advierte esa componente diferencial para referirse a la B en hostelería.

Sí que existe esa percepción del aspecto diferencial de la B de hostelería, ya que las normativas autónomicas establecen características diferenciales para las máquinas B ó “B1” destinadas primordialmente a hostelería, con respecto de las máquinas “B2” o B especiales destinadas primordialmente a Salas de Juego y Bingos: tienen precios máximos distintos, distintos porcentajes mínimos de retorno en premios medidos sobre intervalos diferentes…. Realmente hay muchas diferencias. Por poner solo un ejemplo por todos conocido, en las máquinas B de hostelería existe un ciclo de 40.000 partidas, mientras que en las B especiales es bastante más amplio.

La regulación de las máquinas B de hostelería no ha sufrido variaciones en los últimos tiempos, siendo sus características las tradicionales de las máquinas de Bar de toda la vida, mientras que la regulación de las máquinas B para Salas de Juego y Bingos sí ha evolucionado más, para permitir un producto más específico para estos establecimientos.

 

♦ ¿Los fabricantes están cumpliendo esa componente recreativa que precisa la B? ¿Qué elemento deberían acentuarse para afianzar esa componente?

Si, los fabricantes han cumplido y están cumpliendo con este componente recreativo para las máquinas destinadas a hostelería.

La inamovible regulación ha llevado a algunos fabricantes a intentar innovar con la introducción de elementos de juego que resulten atractivos para el ocio y entretenimiento de los usuarios, pero respetando en todo momento, como no podría ser de otra forma, los estrictos requisitos exigidos por las normativas autonómicas para las máquinas B para hostelería, en los que predomina precisamente su componente de entretenimiento. Dentro de la libertad empresarial, cada empresa fabricante intenta ofertar en sus máquinas juegos que, dentro de la legalidad, resulten más divertidos y entretengan de una forma más novedosa a los usuarios.

Las propias características específicas de las máquinas de hostelería ya están claramente definidas, y en nuestra opinión ya acentúan la diferencia entre las máquinas B de hostelería y las máquinas B especiales para Salas de Juego y Bingos.

 

♦ Qué relevancia sigue teniendo la B para el establecimiento de hostelería?

La máquina B en hostelería es vital para la subsistencia del sector de restauración. Además de constituir una oferta complementaria de ocio y entretenimiento para sus clientes, el aporte económico que supone para los titulares de los establecimientos es imprescindible para coadyuvar a sufragar los gastos del negocio, y aún resulta más necesaria en la grave situación económica por la que se está atravesando como consecuencia de la pandemia.

 

 

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